Hoy contamos con… Juan Mari Aburto

Bilbao global

Bilbao ha sido siempre una ciudad de futuro. Desde su fundación, hace 721 años, la Villa ha apostado siempre por la innovación en el más amplio sentido de la palabra. El Puerto de Bilbao fue la puerta de entrada a la modernidad y a una nueva forma de hacer negocios que nos colocó a la altura de los países más avanzados; primero, con la navegación y la minería; luego, con la industria y el desarrollo financiero y, desde hace tres décadas, con la puesta en marcha de un nuevo modelo de desarrollo integral y sostenible, que apuesta por las personas como centro y motor de toda la actividad humana.

Desde siempre, hablar de Bilbao es hablar de la Margen Izquierda y de la Margen Derecha de la Ría y, de unos años a esta parte, el concepto Bilbao Bizkaia se abre paso por los cinco continentes como la puerta de entrada al mundo vasco y como la punta de lanza de lo que Bernardo Atxaga bautizó con el nombre de “Euskal Hiria”.

Es verdad que la pandemia del Covid-19 ha confinado durante meses muchas de nuestras expectativas de futuro, pero también es verdad que esta crisis sin precedentes en la historia del mundo ha demostrado que la humanidad es capaz de grandes cosas cuando se lo propone, hasta el punto de desarrollar en un tiempo récord soluciones terapéuticas efectivas contra un agente patógeno desconocido.

Y también ha dejado claro que el mundo postcovid será más justo, sostenible y humano, o no será.

El tiempo se agota y la naturaleza no nos concede más crédito. Como dice un proverbio de los pueblos indígenas americanos, “no heredamos la Tierra de nuestros antepasados, sino que la tomamos prestada de nuestros hijos e hijas”.

Pero, a pesar de todo, somos muchos quienes creemos que otro mundo mejor es posible para los 7.900 millones de personas que actualmente habitamos este planeta. Y la solución a muchos de los males que acechan nuestro futuro pasa, precisamente, por las ciudades, lugar de residencia habitual de más de la mitad de la población mundial.

Desde hace unos años, la globalización y las nuevas tecnologías de la comunicación y de la información han modificado para siempre el tradicional equilibrio de fuerzas entre los ámbitos local, regional, estatal e internacional, que se enfrenta a la creciente competencia de nuevos modelos de relación más transversales, en los que adquieren cada vez más importancia las ciudades y las regiones metropolitanas del mundo entero.

Por primera vez en la historia, el desarrollo tecnológico nos permite estar conectados de forma simultánea, y cualquier actuación exitosa en el ámbito local adquiere enseguida una repercusión global y permite encauzar mejoras plausibles para el conjunto de la humanidad. Eso es lo que significa “think global, act local”.

Ese peso creciente de las ciudades y regiones metropolitanas como motor de desarrollo nos obliga a impulsar el intercambio de conocimientos y el trabajo en red a todos los niveles. Pero también obliga a adaptar al alza la capacidad jurídica y normativa de las ciudades y regiones metropolitanas, como palanca de cambio de muchos asuntos de importancia global, como la eficiencia energética, la justicia social o la adaptación al cambio climático.

Bilbao y el resto de ciudades y regiones metropolitanas del mundo estamos llamados a participar activamente en la construcción de un nuevo paradigma de desarrollo urbano y humano, y eso requiere de una ciudadanía formada y empoderada, dispuesta a participar en la toma de decisiones y en el control de la gestión pública.

Y requiere también de talento y determinación, de confianza y esperanza en la capacidad de cambio y adaptación que tenemos que desplegar de la mano de la juventud, verdadera destinataria de todo cuanto seamos capaces de crear para que este planeta siga siendo un hermoso lugar para vivir, como lo ha sido durante cientos de generaciones.

Esa es nuestra apuesta y nuestra propuesta desde este Bilbao global para el resto del mundo, una propuesta basada en aquellos valores de solidaridad, respeto y trabajo en equipo que heredamos de nuestros padres y madres, y que siguen dignificándonos como personas y como sociedad.

Juan Mari Aburto

Alcalde de Bilbao