Hoy contamos con… Ángeles Santamaría

Las ciudades deben ser protagonistas en la descarbonización

  • El mundo está sufriendo una urbanización acelerada, la ONU estima que el 70% de la población mundial vivirá en ciudades en 2050, lo que sitúa los núcleos urbanos como objetivo primordial en la lucha contra el cambio climático.
  • Y es que entre un 60% y un 80% de las emisiones totales de CO2 se generan en las ciudades, especialmente por los sectores de edificación y el transporte.
  • La solución al problema de las emisiones de gases de efecto invernadero contribuye además a reducir otras amenazas a la salud que se sufren especialmente en entornos urbanos, como la calidad del aire o el calentamiento. En España, la mala calidad del aire causa más de 31.000 muerte prematuras al año (según la Agencia Europea de Medioambiente) y Según la Columbia University, (con datos de 13.000 ciudades) la exposición de la población urbana al calor extremo se ha triplicado desde la década de 1980.
  • La mayoría de los ciudadanos hemos entendido que para reducir la contaminación que sufrimos en nuestras ciudades es necesario restringir, o incluso eliminar, el tráfico de vehículos de combustión, responsables de más de la mitad de los principales contaminantes urbanos, tanto gases como partículas.
  • Europa lleva años abanderando la lucha contra el cambio climático, y sus Estados Miembros también son líderes respecto a las emisiones nocivas de las ciudades.
  • En España, la concienciación hacia los efectos del tráfico se concreta en la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, que obliga a las ciudades españolas de más de 50.000 habitantes a establecer Zonas de Bajas Emisiones, con restricciones a los vehículos contaminantes, para mejorar la calidad del aire.
  • Sin embargo, es igual de urgente y necesario prestar atención al otro gran causante de las emisiones contaminantes, la climatización de edificios. Y es que la mayoría de los sistemas de calefacción, alrededor del 75% según IDAE, siguen siendo ineficientes calderas de gas y gasóleo; mientras que la penetración de las bombas de calor eléctricas, la alternativa más eficiente y limpia, es aún minoritaria.
  • La Agencia Internacional de la Energía (AIE) ya recomendó la necesidad de prohibir la venta de calderas de gas a partir de 2025, y según estima Environmental Coalition on Standards (ECOS), de seguir esta recomendación, se reducirían 110 millones de toneladas de CO2 al año.
  • Y es que el aprovechamiento del calor (o frío) del aire exterior por las bombas de calor permite alcanzar eficiencias del orden del 400% incluso en climas extremos, y si la electricidad usada es renovable, no emite CO2.
  • Además, los equipos actuales de aerotermia pueden impulsar el agua a los radiadores o el suelo radiante de la vivienda o local comercial, consiguiendo el mismo confort que las soluciones convencionales.
  • Es necesario impulsar la electrificación del transporte y la climatización en nuestras ciudades, para que sean protagonistas de la transición energética y para mejorar definitivamente la habitabilidad de los entornos urbanos.
  • Para conseguir ciudades sostenibles se necesita el compromiso de las Administraciones Públicas, en forma de requisitos claros de emisiones o mediante incentivos económicos a las inversiones necesarias.
  • La planificación de las nuevas zonas urbanas considerando los objetivos medioambientales es clave para la lucha contra el cambio climático. Resulta más rentable económicamente empezar ya a construir las nuevas edificaciones cumpliendo con los máximos estándares, de eficiencia, renovables y emisiones, que rehabilitar en el futuro para adaptarlas a los objetivos de clima.
  • En este sentido, la Directiva Europea de Eficiencia Energética de Edificios, cuya última revisión se publicó en 2018, obliga a que a partir de 2020 toda nueva construcción siga unos determinados estándares de edificación y equipamiento.
  • Finalmente, no debemos temer destrucción de empleo asociado a la descarbonización de nuestras ciudades, puesto que el sector energético es un motor tradicional de actividad económica.
  • El hecho de que la mitad del PIB mundial se produce en países con compromisos de neutralidad de emisiones en 2050, muestra que las primeras economías del planeta confían que su crecimiento es indisociable de la sostenibilidad y la mejora de la calidad de vida que conlleva.
  • No debemos olvidar que mientras que las políticas más restrictivas respecto a la calidad del aire en las ciudades se dan en Europa, las ciudades más habitadas del planeta se concentran en Asia (Japón, India, China) y, en menor medida, América (México y Brasil), por lo que queda aún mucho por hacer.

Transformar nuestras ciudades a entornos sin contaminación es imprescindible para nuestro avance como sociedad, y además, una oportunidad para crear industria y empleo.

Angeles Santamaría
Consejera Delegada de Iberdrola España